sábado, 31 de enero de 2009

EL PICAPEDRERO


El Picapedrero

Había una vez, hace muchos, muchos años un reino muy bonito donde la gente era muy feliz.Los Reyes vivían en un castillo de piedra muy grande que estaba junto a un bosque de olmos y a un lago de tranquilas aguas azules dónde se podía pescar y pasear en barca. Al oeste había una gran montaña.
La hija de los Reyes se llamaba Teresa y era la Princesa de este cuento. La Princesa Teresa salía todos los días a dar un paseo por los alrededores del castillo. Un día conoció a un picapedrero llamado Pedro que trabajaba en la cantera que estaba en la falda de la montaña.Teresa y Pedro se enamoraron, se prometieron amor eterno y decidieron casarse.
Pero cuando el Rey se enteró que su hija quería con Pedro se enfadó muchísimo y le dijo a la Princesa:- ¡Mi hija no puede casarse con un simple picapedrero! Una princesa como tú debería casarse con alguien muy poderoso, ¡con la persona más poderosa de la Tierra!.Entonces el rey mandó llamar a todos los sabios de su reino y les pidió que estudiaran quién era el más poderoso del Mundo. Los sabios se encerraron en una habitación del castillo durante siete días y siete noches y pensaron y pensaron hasta que descubrieron quién era la persona más poderosa del Universo.- Majestad, le dijo el sabio más anciano al Rey, el Consejo de sabios se ha reunido durante siete días y siete noches y ha llegado a la conclusión que el más poderoso del Universo es el Sol, porque con sus rayos nos da luz y calienta toda la tierra para que podamos vivir.Dijo el rey:- Tenéis razón parece que el Sol es el ser más poderoso. Y ordenó con voz potente:- ¡Que venga el Sol! Mandaron llamar al Sol y el rey le dijo:
- Sol, te he mandado llamar porque me han dicho que tú eres la persona más poderosa de la Tierra y quiero que te cases con mi hija la Princesa Teresa.
Entonces el Sol contestó:- Majestad muchas gracias por tu ofrecimiento, sería para mí un honor casarme con tu hija, pero hay alguien que es más poderoso que yo.Y dijo el Rey:- ¿Quién es más poderoso que el Sol?- La Nube, contestó el Sol, porque cuando se pone delante no deja pasar mis rayos. Entonces dijo el Rey:- ¡Que venga la Nube!
Cuando llegó la Nube el Rey le dijo:- Nube, te he mandado llamar porque me han dicho que tú eres la persona más poderosa de la Tierra y quiero que te cases con mi hija la Princesa Teresa.Y la Nube le contestó:- Majestad muchas gracias por tu ofrecimiento, sería para mí un honor casarme con la Princesa, pero hay alguien que es más poderoso que yo.Y dijo el Rey:- ¿Quién es más poderoso que la Nube?- El Viento, contestó la Nube, porque cuando se pone a soplar me mueve con facilidad de un sitio para otro. Entonces dijo el Rey:- ¡Que venga el Viento!Cuando llegó el Viento el Rey le dijo:- Viento, te he mandado llamar porque me han dicho que tú eres la persona más poderosa de la Tierra y quiero que te cases con mi hija la Princesa Teresa.
Y el Viento le contestó:- Majestad muchas gracias por tu ofrecimiento, sería para mí un honor casarme con tu hija, pero hay alguien que es más poderoso que yo.Y dijo el Rey:- ¿Quién es más poderoso que el Viento?- La Montaña, contestó el Viento, porque aunque sople con todas mis fuerzas no puedo mover ni un centímetro a la poderosa Montaña.Entonces dijo el Rey:- ¡Que venga la Montaña! Pero la Montaña no podía moverse, así que el Rey tuvo que ir a la Montaña. Y le dijo el Rey:- Montaña, he venido hasta aquí porque me han dicho que tú eres la persona más poderosa de la Tierra y quiero que te cases con mi hija la Princesa Teresa.
Y la Montaña le contestó:- Majestad muchas gracias por tu ofrecimiento, sería para mí un honor casarme con tu hija pero hay alguien que es más poderoso que yo.Y dijo el Rey: - ¿Quién puede ser más poderoso que la Montaña?- ¡El picapedrero!, contestó la Montaña, porque todos los días me arranca un trocito de mi cuerpo para hacer piedras.
Entonces el Rey comprendió que todas las personas, aunque parezcan seres insignificantes, son importantes y permitió a su hija que se casara con el picapedrero Pedro. Y fueron felices y comieron perdices. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

LA BRUJA CONSERVA


La Bruja Conserva

El Reino de los Alimentos estaba triste. ¿Qué les pasaba?. Pues... que alguien había robado los dulces. Habían desaparecido los pasteles, las tartas, el turrón... Todos lloraban: la carne, el pescado, las patatas, la fruta... todos echaban de menos las cosas dulces. No sabían cómo encontrar a sus amigos y decidieron elegir a alguien para que los fuera a buscar. Se reunieron todos los alimentos y eligieron al plátano para que buscase a sus amigos. El plátano se marchó y empezó a buscar, camina que camina, atravesó montañas de sal, lagos de jugo, pantanos de puré. Pedía información a todo el que se encontraba acerca de sus amigos, pero nadie sabía nada.
Un día ya cansado de tanto andar se puso a descansar debajo de un manzano. En aquel manzano vivían tres manzanas muy simpáticas que al ver al pobre plátano tan triste y cansado decidieron acompañarlo en la búsqueda de los dulces. Ellas sabían algo muy importante: ¡Quién se había llevado los dulces!. ¿Y sabes quién era?. Pues nada más y nada menos que la bruja Conserva. La bruja Conserva en el fondo no era mala, pero tenía la manía de meter a todo el que viera dentro de una lata. Por eso se había llevado a los pasteles, a las tartas, a los helados y a todos los demás dulces... para llenar con ellos todas las latas vacías que tenía en su cueva, El plátano y las manzanas caminaron durante varios días, sin encontrar ninguna pista. Preguntaron a todos los que se encontraron por el camino: al arroz, a los garbanzos, a los fideos, a la carne, al pescado, a la patata, a la zanahoria, a la naranja y a muchos más alimentos, pero... nada. Un día estaban andando cuando vieron que el suelo estaba lleno de trocitos de chocolate , los siguieron y se encontraron delante de una cueva pequeñita que estaba muy escondida. Con mucho miedo entraron los cuatro en la cueva y allí entre muchas latas vacías encontraron a sus amigos encerrados en una jaula de latón. Oyeron detrás de sí un gran ruido, era la bruja Conserva que había cerrado la cueva con un montón de latas vacías. El plátano le pidió por favor que les dejara salir de allí. Pero la bruja Conserva no quería y además pensaba meterlos también a ellos dentro de sus viejas latas. Mientras el plátano trataba de convencer a la bruja, las manzanas abrieron la jaula donde estaban presos los dulces y todos salieron corriendo hacia la puerta. Tuvieron que apartar las latas que taponaban la salida, cuando la bruja se dió cuenta se puso muy furiosa y casi atrapa al plátano pero éste se había quitado la piel y la bruja resbaló con ella. Los dulces y sus salvadores echaron a correr y desde aquel día no volvieron a saber nada de la malvada bruja Conserva, ni de sus viejas y vacías latas
autor desconocido

DESCUBRIMIENTO DE RUINAS MILENARIAS


El descubrimiento de unas Ruinas Milenarias
Inquieto se mostró el equipo desde su partida, no había tiempo qué perder, la información que tenían sobre el lugar fungió como un aliciente en el trayecto, preparados técnicamente, acompañados no sólo por la ansiedad y conocimientos, sino con la esperanza y seguridad de que lo que buscaban sería encontrado, aunque un dejo de desconfianza se hizo presente en la travesía, pero fueron algunas horas las que los separaron de sus expectativas, mismas que al llegar al sitio fueron superadas. Envueltos en pláticas relacionadas con experiencias profesionales, los representantes del INAH trataban de acortar la distancia entre ellos y el destino por visitar. Algunas paradas fueron necesarias, ubicación con equipo GPS, consultas técnicas a mapas, referencias entre colegas, hipótesis sugeridas de lo que esperaban encontrar, planteamientos, verificación de traslado de equipo, intercambios de experiencias, tales como visitas hechas a otros estados, incluso a países de Sudamérica, Europa y Oriente, sin dejar de lado el ambiente de camaradería que caracterizó al viaje.Después de horas de viaje, visitas a autoridades municipales y lugareños, la adrenalina empezó a fluir en los miembros del grupo.Una vez que fue indicado el lugar exacto, inició el descenso hacia el río en lo que pareciera ser una carrera contra el tiempo; no hubo duda alguna cuando el grupo se planteó las opciones entre ir en busca de las ruinas o alimentarse e hidratarse. La respuesta surgió como reflejo involuntario, la determinación fue obvia e inmediata, fue una cacería “endiablada”, como lo calificó Lazalde Montoya, médico de profesión.Después de seguir el camino accidentado, bañado de sol y lleno de hojarasca, entre rocas que se desprendían, arbustos, nopales, árboles y demás hierbas, la excitación de los arqueólogos y demás miembros del grupo aumentaba.La sensación al pisar la hojarasca sobre la tierra de la pendiente pronunciada provocaba a cada momento resbalar y caer violentamente, razón por la que fue necesario el uso de cuerdas que facilitaran el descenso.La fatiga y la asoleada tanto de los lugareños (guías) como de los especialistas no se hizo esperar, pero pareció olvidarse cuando se avistaron las primeras construcciones en la cueva, ya que la sorpresa se vio traducida en los rostros de cada uno de los profesionales, un espasmo pareció atacarlos por un instante.Cada uno habló para sí mismo, posteriormente expresaron coincidentemente que la experiencia que enfrentaban fue algo extraordinario y por ende estará marcado en sus recuerdos como con una tinta indeleble por las características de lo apreciado. La emoción traducida casi en lágrimas fue la reacción de los expedicionarios, mientras contemplaban sin dar crédito a lo que veían, sobre todo por lo que representa la documentación y registro de las ruinas anteriormente citadas.Por otra parte, los lugareños observaron desconcertados las reacciones de los profesionales, ya que a pesar de que saben de la riqueza que poseen, desconocían la magnitud e importancia del lugar.
ACCIÓN
Después de pasar el “shock” de los arqueólogos, iniciaron los trabajos de recolección de datos para iniciar la documentación científica del lugar, y marcar así otro hecho histórico sobre lo ya histórico en Durango.Este descubrimiento ha sido el inicio de investigaciones y diferentes teorías que habrán de ser fundamentadas a través de datos contundentes y demás búsquedas y estudios que se llevarán a cabo a través de planes que dará a conocer posteriormente el INAH.

COMPLEMENTARIA EXPERIENCIAS
Después de 25 años, Jesús Fernando Lazalde Montoya regresó a las ruinas de “Las casas en acantilado de la cuenca del Río Mezquital”, ya que este médico de profesión, hace cinco lustros de manera informal, recabó información que lo llevaron incluso a escribir un libro En cuanto al libro que escribió el autor, posteriormente con la experiencia adquirida fue eliminando algunas teorías planteadas en dicho ejemplar. Lazalde Montoya reconoce que hace un cuarto de siglo era sólo un aficionado, pero la pasión que tiene por la arqueología y el significado que tiene esta ciencia en cuanto a lo social, cultural y educativamente hablando ahora ha adquirido mayores conocimientos y de nueva cuenta visitó el sitio.Cabe mencionar que el entrevistado, quien ha visitado diferentes lugares que albergan valor arqueológico en diferentes zonas del país, calificó como de buen estado al lugar, ya que después de 25 años no ha sufrido daños significativos, por lo que insistió que el sitio es uno de los más importantes en el norte de México.

REGALO DE DIOS


El regalo de Dios

Llegó otra vez esta época. Emoción mezclada con ansiedad. Estrés con celebración. Agradecimiento por el nacimiento de Cristo mezclado con oraciones para poder sobrevivir otra temporada navideña. Esto es Navidad.
Me agrada la idea de la Navidad. A veces me da miedo el evento. La temporada puede ser muy alegre, pero muy fatigante. Mucho que hornear, luces que colgar, adornos que colocar, tarjetas que enviar, compradores con quienes luchar. A veces me siento y lloro al mirar al niño en el pesebre que es atropellado por mi larga lista de cosas por hacer.
Este año ya pensé mucho sobre lo que quiero hacer para crear mi Navidad “ideal”. Cuando cierro mis ojos y abro mis sentidos, visualizo una casa cómoda, repleta de risas de niños. Huelo la dulzura del pastel y el aroma de las siemprevivas del árbol. Veo las luces intermitentes que se reflejan en la superficie de la mesa perfectamente ordenada. Estoy reclinada en suaves almohadas al lado de la chimenea. Todo es perfecto…
Entonces abro mis ojos como una vaca atónita que se acercó demasiado a la cerca eléctrica. ¿Quién va a lavar los platos, decorar el árbol, hornear el pastel, colocar las luces y abrir un hueco en la pared para poner una chimenea? Sin mencionar vestir a los niños, hornear el pavo y limpiar la casa.
Además, así de acogedora como es la escena, esa no es la esencia de la Navidad. Puede ser una bonita forma de celebrarla, pero no es la única forma. Especialmente si me convierte en un ogro. Y yo tengo dos pequeñitos que no quiero que crean que la Navidad trata sobre Dios, María y José, un bebé en un pesebre y una mamá demonio de Tasmania corriendo y dando vueltas por toda la casa.
Así que, tal vez este año voy a calmarme. Me enfocaré en la presencia milagrosa de Dios y disfrutaré las luces navideñas de los demás. En lugar de preocuparme por todo lo que tengo que hacer antes del 25 de diciembre, voy a enfocarme en lo que Él hizo.
El nacimiento de Cristo cambió al mundo. Esa noche en Belén se llenó de asombro cuando Dios entró al mundo como uno de nosotros. Él es la razón. Él es el propósito. Él es la vida.
Él lo dejó todo para estar junto a nosotros y caminar por los caminos en que nosotros caminamos. Y quizás eso es lo que él quiere que yo haga también. Caminar junto a alguien. Ser una presencia en su vida más que sólo otro regalo bajo el árbol. Después de todo, ¿qué mejor regalo podría darle alguien que el mensaje de su nacimiento, su vida, su muerte y su resurrección?
He decidido pedirle a Dios que esta Navidad me envíe a alguien que todavía no haya invitado a Cristo a su vida. Quizás compartamos un café o yo me ofreceré para cuidar sus niños. Caminaré el camino en lugar de solamente seguir el protocolo navideño apropiado. Quiero vivir una vida llena de gozo que produce hambre de Cristo, no una vida de agitación que hace que todos quieran relucir.
Cristo vino para dar a aquellos que tienen necesidad, y quiero hacer que esta temporada navideña sea un tiempo de dar a mis hijos lo que necesitan, sentir la emoción de dar a los que tienen dificultades mayores que quedarse sin helado.
En lugar de correr al centro comercial para comprar el último juguete o perfume, quizás este año pase una tarde ofreciendo galletas, chocolate caliente y un saludo de ¡Feliz Navidad! a los que pasen por mi casa. Permitiremos que la gente sepa que los amamos aunque no les llegue una tarjeta navideña a tiempo.
Creo que para que la Navidad nos de las bendiciones de la eternidad, Cristo debe ser el centro de toda esta experiencia. Es más importante sentir su presencia en nuestro corazón que un montón de regalos bajo un árbol. Mi crecimiento este año es dejar de poner mi propia escena del pesebre y en su lugar, poner la atención en Cristo, disfrutando la temporada navideña en la presencia de Dios.

EL ARBOÑ DE NAVIDAD Y SUS HISOTRIAS


El árbol de Navidad y sus diferentes historias
POR LILY LUCIANO

Llegan los días navideños y con ellos las ganas de desempolvar o comprar los adornos navideños; el arbolito es el favorito, especialmente en los hogares donde hay niños. Pero el arbolito no es un simple adorno decorativo, sino que arrastra una interesante leyenda social y religiosa.
Buena parte de la tradición del árbol de Navidad se origina en una leyenda europea: se dice que durante una fría noche de invierno, un niño buscaba refugio. Lo recibieron en su casa un leñador y su esposa y le dieron de comer. Durante la noche, el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios. Para recompensar la bondad de los ancianos, tomó una rama de pino y les dijo que la sembraran, prometiéndoles que cada año daría frutos. Y así fue: aquel árbol cada año daba manzanas de oro y nueces de plata.
En Alemania la gente vestía sus árboles en invierno (cuando perdían hojas) para que los espíritus buenos que en ellos habitaban regresaran pronto. Los adornos que más utilizaban eran manzanas o piedras pintadas. Se dice que este fue el origen de los adornos. Las bolas de cristal se incorporaron alrededor del año 1750 en Bohemia. La costumbre del árbol se extendió por Europa y América durante el siglo XIX. Entre las mitologías germánicas está la que cuenta de un árbol plantado en medio de la tierra, cuyas ramas alcanzan el cielo y en ellas están colgadas las estrellas que brillan por la noche. Ahí radica probablemente el más remoto origen de las luces del Árbol de Navidad, que si bien pudo verse en los antiguos grabados mitológicos, no pudo llevarse a la realidad en su primer formato hasta el siglo XVIII en que los sopladores de cristal de Bohemia idearon las bolitas que reflejaban el resplandor de las velas y candiles. La electricidad hizo finalmente posible que el árbol tuviera luz propia sin riesgo de incendio. Esa es la versión de la mitología germánica del árbol de Navidad.
Otra leyenda, ésta adaptada a la iglesia protestante, explica que Martín Lutero estaba caminando por un bosque en la víspera de Navidad, cuando se sintió deslumbrado por la belleza de millones de estrellas que brillaban a través de las ramas de los árboles. Esa imagen de la belleza del bosque iluminado por las estrellas le hizo concebir la idea de trasladarla a la ciudad. Arrancó un pequeño árbol y se lo llevó a su casa. Para recrear la misma belleza que había vislumbrado en el bosque, colgó de sus ramas gran número de bujías (pequeñas velas). El resultado fue tan sorprendente, que fue imitado cada vez por más familias hasta que se extendió esta costumbre por toda Alemania.
Como podemos ver los primeros árboles que se registraron en el mundo eran preparados de manera muy natural. Tras el auge de los arbolitos, se comenzaron a inventar adornos, naciendo así los mercados de objetos de Navidad en algunos pueblos de Alemania. En estos mercados, la gente compraba regalos, comida, pan de jengibre y adornos de velas para colocarlos al pie de sus árboles. Y las familias comenzaron a tener la costumbre de reunirse en torno al árbol de Navidad, como empezó a llamarse. Fue entonces cuando el 24 de diciembre, fecha del natalicio de Jesucristo, se empezó otra tradición: llevar a los niños de paseo o de día de campo, para que los adultos pudieran colocar y decorar con dulces y juguetes el árbol. Así, a su regreso, los niños eran sorprendidos con el árbol y sus regalos, dando inicio la celebración de la fiesta de Navidad.
Y como forma de evitar la tala de pinos y robles se inició la fabricación de arbolitos en silicón, que al principio eran pequeños, pero a finales del siglo 19, comenzaron a fabricarse cada vez más grandes. Esto marcó un hito en la sociedad, convirtiéndose en un símbolo de estatus: mientras más grande era el árbol, más opulenta era la familia. Y con respecto a los adornos, ¡ni se diga! Fue la época en la que se sobrecargaban los árboles con todo tipo de decoraciones. A mediados de los años 60, las ideas modernistas acapararon el mercado de los árboles de Navidad, y empezaron a crearse los árboles de aluminio plateado, pero en la década de los 70 se recobró el gusto por los árboles naturales

EL SUEÑO DE UN GUSANITO







" El Sueño de un Gusano"
Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un chapulín: ¿Hacia donde te diriges?, Le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga contestó: Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba solo el valle. Me gusto lo que vi en mí sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el chapulín dijo, mientras su amigo se alejaba: ¡Debe estar loco!, ¿Cómo podía llegar hasta aquel lugar? Tú, una simple oruga. Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable. Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
De pronto se oyó una voz de un escarabajo: ¿Hacia donde te diriges con tanto empeño? Sudando ya el gusanito, le dijo jadeantemente: Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo.
El escarabajo no pudo contener la risa; soltó la carcajada y luego dijo: Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa. Y se quedó en el suelo tumbado de la risa,



mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.
Del mismo modo la araña, el topo y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir de su sueño. ¡No lo lograrás jamás! - le dijeron – pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar para descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar:
Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió “por querer realizar un sueño irrealizable”.
Una mañana en que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.
De pronto, quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podían ser mas que los de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo a responder del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenía frente a ellos: Una Mariposa.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; aquel sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. “Todos se habían equivocado”. Dios no nos hubiera dado la posibilidad de soñar, si no nos hubiéramos dado la oportunidad de hacer realidad nuestro sueño...
Si tienes un sueño, aunque todo parezca perdido, vive por él, intenta alcanzarlo, pon la vida en ello y si te das cuenta que no puedes, quizás necesites hacer un alto en el camino y experimentar un cambió radical en tu vida y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y circunstancias distintas: ¡Lo lograrás!.
"El éxito en la vida no se mide solo por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar y vencer en el camino..."
“Si lo que uno deseas en la vida es ser feliz, pues esfuérzate por ello.. Con la ayuda de DIOS veras que no todo será en vano, aunque tengas muchos tropiezos, aunque te digan que no vales la pena, lucha por tus ideales, no te desanimes pide fortaleza y sabiduría al ALTÍSIMO DIOS que él nunca te abandonará, porque es nuestro PADRE”.
"Aunque el camino sea largo y difícil, no te dejes vencer... Si eres constante, tus sueños pueden convertirse en realidad."





DESCUBRIMIENTO DE LA PENINSULA DE BAJA CALIFORNAI

Descubrimiento de la Península de Baja California.
Cristobal Colón parece ser el primero que tuvo noción de esta península, sin él mismo saberlo, ya que se hablaba de una isla fantástica habitada sólo por mujeres, por lo que, entre la leyenda, se relacionaba con Calafia, reina mitológica de las amazonas, nombre del cual parece provenir California.
Continúa así por espacio de un cuarto de siglo hasta que es descubierta por Fetún Jiménez y luego por Hernán Cortés, quien no la relaciona con la isla a la que se refería Colón y bautiza al golfo con el nombre de Mar de Cortés, y a la Paz, con el nombre de "Puerto y Valle de la Santa Cruz", por haber desembarcado en ella el 3 de mayo de 1535.
El 17 de Septiembre de 1542, el Capitán Juan Rodríguez Cabrillo se aventura mar arriba y descubre por primera vez el Puerto de Ensenada, al que inicialmente llamó "San Mateo". Al tomar posesión en nombre del Emperador de España, envió a uno de sus oficiales a explorar la región en busca de datos, para constancia del descubrimiento.
En dicha exploración fueron encontrados algunos naturales que constrastaban enormemente con los indígenas del centro del país, ya que eran altos, esbeltos y de gran fortaleza física, que se autonombraban Cochimíes, que significa "Hombres del Norte", habitaban en una región próxima, que actualmente se conoce como "Ejido Sánchez Taboada" (Maneadero). Vivían sencillamente, en chozas de barro y ramas. En estas condiciones, los españles resultarón algo extraordinario por su físico, vestimenta, lengua y demás detalles totalmente desconocidos para ellos, como lo eran las naves de la cuales desembarcaron, considerándolos casi dioses. Según Rodríguez Cabrillo, los indígenas alcanzaban un número apróximado de cinco mil en la región hasta entonces vista por ellos.
Casi 60 años después, El Capitán Sebatían Vizcaíno, conocido por su ansia de aventura, remontó la larga península de las Californias, no dejando ninguna bahía, caleta o ancón sin tocar; dió el nombre a la bahía de Ballenas, localizada frente a la Isla de Cedros, por la peculiaridad de ser ahí donde las ballenas acuden a procrear; continuando hacia el norte encuentra la Ensenada de San Mateo. En virtud de no encontrar algunas de las variantes que Cabrillo señalaba en su carta, decidió dar un nuevo nombre a la enorme rada y la llamo Bahía de Todos Santos, por haber llegado el 1o. de Noviembre de 1602. Es probable que haya desembarcado en lugar diferente de Cabrillo, ya que en sus cartas no menciona la existencia de naturales.
Fueron muchos los aventureros que trataron, sin éxito, de conquistar las Californias, pero es un grupo de nobles misioneros Jesuitas, Franciscanos y Dominicos, quienes logran algo positivo de los indígenas de la región, al introducir su doctrina, enseñanzas prácticas de agricultura y ganadería, y la construcción de misiones, con el fín de atraerlos y formar núcleos de población alrrededor de las mismas.
COLONIZACION DE LA BAJA CALIFORNIA
Los primeros que llegaron al territorio fueron los Jesuitas, el 25 de Octubre de 1697 y permanecieron allí hasta 1798; su labor fué quízas la más positiva, ya que levantaron 18 misiones desde San José del Cabo, al Sur, hasta Santa María, al Norte; la primera fue la Misión de Loreto, Madre y Cabeza de todas la misiones de las Californias, fundada por el Padre Juan María Salvatierra, quien, al enterarse por el Padre Kino de las condiciones infrahumanas en que vivían los indios californianos, decidió con él, dedicar su vida a cristianizar la región. La segunda fue la Misión de San Francisco Javier, fundada por el Padre Miguel del Barco y cuya misión civilizadora la continuó el Padre Juan de Ugarte, todos Jesuitas.
Su obra es más encomiable, pues tuvieron que enfrentarse a una serie de contratiempos como la falta de barcos, provisiones y recursos económicos, y lo salvaje de las tribus indígenas : Los pericúes al Sur, los Guaycuras en la región de la Paz, y los Cochimíes al Norte.
Entr estos grupos había gandes diferencias : Los del Norte eran más sabios y menos perezosos, practicaban la monogamia y, únicamente en determinada fecha, la poligamia, siendo esto severamente castigado en días comunes. Tenían espíritus imprecisos y había hombres que se atribuían poderes sacerdotales y hechiceros, que curaban mediante la succión de los malos espíritus por un tubo pegado a los labios. Adoraban y Temian al león. Los Jesuitas estudiaron las pocas tierras laborables para encontrar los culitivos adecuados y se dieron cuenta de que, en la Baja California, los grandes cultivos del Mediterráneo, como la vid, el olivo, la higuera y la datilera, encontraban un ambiente más propicio que en el Norte de Africa y que en otros lugares del mediterráneo, impulsándose su cultivo en San Ignacio Cadenamán, creándose verdaderos bosques.
Sin embargo, pese a esta maravillosa obra, por orden del Rey Carlos II de España, los 17 misioneros Jesuitas fueron expulsados el 13 de febrero de 1767, dejando pendiente el trabajo hasta la llegada de los Franciscanos, ocurrida el 14 de julio del mismo año, encabezados por Fray Junípero Serra. Su obra notable se concentró en la Alta California, donde construyeron grandes Misiones; en la Baja California fue casi nula y su expedición se redujo hasta el paralelo 30.0, donde fundaron la Misión de San Fernando de Velicata, construída de adobe.
Posteriormente, llegaron los Frailes Dominicos, de cuya época existen pocos datos
CATEGORIAS POLITICAS
Conforme a la división antigua de la Nueva España, se consideró al territorio actual de ambos estados (Baja California y Baja California Sur) como provincia de la Vieja California, hasta el 22 de agosto de 1776, en que pasó bajo el control de la Comandancia y Capitanía General de la Provincias Internas. Ésta se dividió después en tres mandos (1785), quedando las dos Californias (la Vieja y la Nueva o Alta) en la juridiscción del tercero; y cuando aquéllos se redujeron a dos (1787), éstas pasaron a depender de la Comandancia General de la Provincias Internas de Occidente. En 1792 volvieron al dominio directo del virrey y así continuaron hasta la independencia.
La Ley de Bases para la convocatoria al Congreso Constituyente, del 17 de noviembre de 1821, consideró como una de las partes del Imperio Mexicano a la provincia de las Californias; y en la nueva Ley de Bases del 17 de junio de 1823, ya se distinguio entre las dos entidades, la Alta y la Baja. El Acta Constitutiva de la Federación, del 31 de enero de 1824, mencionó el Territorio Federal de las Californias, pero la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos del 4 de octubre siguiente consagró la existencia de dos territorios.
Implantado el régimen centralista, la Ley de Bases del 23 de octubre de 1835 las consideró como entidades aparte; pero la sexta de las Siete Leyes Constitucionales, del 30 de diciembre de 1836, las reunió en el departamento de las Californias, que en virtud de las Bases de Organización Política del 13 de junio de 1843 fue administrado "con sujeción más inmediata al gobierno central".
Al triunfo del federalismo, el 22 de agosto de 1846, el departamento se convirtió en estado de las Californias, aunque por breve tiempo, pues el 18 de mayo de 1847, al expedirse el Acta de Reformas Constitucionales, se crearon otra vez dos territorios. El de la Alta se perdió a consecuencia de la guerra contra los Estados Unidos, según consta en el Tratado de Paz del 2 de febrero de 1848, y el de la Baja subsistió hasta el 7 de febrero de 1931.
Durante la Guerra de los Tres Años (1858-1860) y la Intervención Francesa (1863-1867), los gobiernos conservador e imperial le dierón la denominación de departamento. La entidad fue dividida en dos partes (Norte y Sur), a cargo de jefes políticos, el 12 de abril de 1849, aumentando a tres (Norte, Centro y Sur) en tiempos del presidente Lerdo de Tejada. El 14 de diciembre de 1887, los partidos se convirtierón en distritos, y el 20 de junio de 1917, los jefes políticos, en gobernadores. Las reformas a la Constitución por las cuales se crearon los territorios de Baja California Norte y Baja California Sur, se aprobaron por el Congreso de la Unión y las legislaturas locales el 30 de diciembre de 1930, y se publicaron en el Diario Oficial el 7 de febrero siguiente. El Estado de Baja California fue erigido el 16 de enero de 1952, y el Estado de Baja California Sur, el 24 de octubre de 1974